Han sido muchos meses sin escribir por aquí. Y es que la búsqueda ha estado parada debido al paréntesis veraniego. Ya sabemos todos que en España, los meses de julio y agosto no suelen ser precisamente productivos.
Pero mi padre, que gracias a Dios es incansable y tiene un ánimo a prueba de bomba, ha vuelto al "trabajo de campo" con fuerzas renovadas. Su labor actual está consistiendo en localizar y contrastar datos con aquellos varones nacidos el mismo día que yo, en Madrid. Y ya ha hablado con más de 30 personas (o con sus padres), a los que ha ido descartando.
Una vez más, tanto él como yo (de manera más indirecta), hemos podido comprobar con mucha emoción la maravillosa reacción de la gente con la que se ha hablado. Todo el mundo se ha volcado, se ha mostrado solidario e incluso ha habido quien se ha ofrecido a dar pruebas de ADN y de otra índole para confirmar sus raíces.
Sabemos que no es muy común que alguien llame a la puerta o al teléfono de uno y que le pregunten datos sobre su nacimiento o sus padres. A priori, la reacción lógica es desconfiar. Sin embargo, hasta aquellos que parecían hacerlo han acabado contactándonos, ayudando y dándonos todos los ánimos del mundo.
Sólo podemos expresar nuestro más sincero agradecimiento a todas esas personas con las que mi padre se ha topado. Gracias a todos de corazón por vuestra comprensión, vuestra solidaridad y vuestra ayuda.
Pero mi padre, que gracias a Dios es incansable y tiene un ánimo a prueba de bomba, ha vuelto al "trabajo de campo" con fuerzas renovadas. Su labor actual está consistiendo en localizar y contrastar datos con aquellos varones nacidos el mismo día que yo, en Madrid. Y ya ha hablado con más de 30 personas (o con sus padres), a los que ha ido descartando.
Una vez más, tanto él como yo (de manera más indirecta), hemos podido comprobar con mucha emoción la maravillosa reacción de la gente con la que se ha hablado. Todo el mundo se ha volcado, se ha mostrado solidario e incluso ha habido quien se ha ofrecido a dar pruebas de ADN y de otra índole para confirmar sus raíces.
Sabemos que no es muy común que alguien llame a la puerta o al teléfono de uno y que le pregunten datos sobre su nacimiento o sus padres. A priori, la reacción lógica es desconfiar. Sin embargo, hasta aquellos que parecían hacerlo han acabado contactándonos, ayudando y dándonos todos los ánimos del mundo.
Sólo podemos expresar nuestro más sincero agradecimiento a todas esas personas con las que mi padre se ha topado. Gracias a todos de corazón por vuestra comprensión, vuestra solidaridad y vuestra ayuda.