La historia, contada por nuestro padre
Vídeo del Programa "Más se perdió en Cuba" de Intereconomía TV (30 de Abril de 2011)
La historia detrás de esta búsqueda
Aquel día de 1977
Aquel 20 de noviembre de 1977 en el que yo nací, mi madre también dio a luz por cesárea a otro niño, mi hermano mellizo. Los médicos le dijeron a mi padre, primero que el niño venía con problemas y luego, cambiaron la versión a que había nacido muerto. Le aconsejaron no verlo (era desagradable, tenía malformaciones, bla bla bla) y sobre todo, no comentarle a su esposa nada al respecto, para que "se centrara en la niña, tuviera menos riesgo de sufrir depresión post-parto". Más bla bla bla. Entre la confusión, la pena por la pérdida de un bebé y la preocupación por la salud del otro - que según los médicos, venía con problemas importantes-, la cosa se quedó ahí.
Las "cosas raras" duran varios días más
Mientras tanto, a servidora la tuvieron en la clínica del Rosario de Madrid durante 10 días. El neonatólogo, el Dr. Quirós, iba con una historia nueva cada día a mis padres sobre lo delicada que era mi situación, primero por una cosa y luego por otra. Mientras tanto, mi padre se pasaba horas observándome por el cristal de la sala de las incubadoras, extrañado a la vez que maravillado de ver que comía como una campeona, tenía un peso normal y me comportaba como un bebé totalmente sano... No acababa de ver los problemas que le relataba el neonatólogo. Como "coincidencia" en toda esta historia, una de las enfermeras encargadas de darme el biberón durante esos 10 días era la mujer de este otro "doctor", que también asistió en el parto de mi madre.
En todo caso, cuando por fin mis padres me llevaron a casa, fue con el convencimiento de que los 10 días de incubadora habían sido una excusa para justificar una factura astronómica.
Los médicos
Un mes después, cuando mi madre se enteró de la verdad sobre el otro bebé, fue a ver al neonatólogo hecha una furia. Por no haber sido informada y por habérsele negado el derecho a ver a su bebé muerto... La respuesta del "doctor" fue que ni pensara en ello, que no se quejara, que a fin de cuentas, había tenido una niña y junto con el otro niño que había tenido 3 años antes, pues ya tenía la parejita y qué más podía pedir...
Por otro lado, el ginecólogo gozaba de muy buena reputación en Sanitas, cobraba una pasta para la época, y además se pasó todo el embarazo de mi madre dejando por ignorante a mi abuela -con conocimientos y experiencia como matrona en su pueblo-, que le insistía al doctor que el tripón de su hija era demasiado para un sólo niño y que a la fuerza tenía que llevar dos... Como digo, el reputado doctor se dedicó a rebatir a mi abuela con un argumento rigurosamente científico: "Señora, va a saber usted más que yo, que soy el médico? Aquí sólo hay un niño."
33 años más tarde, se confirma la mentira
La proliferación, últimamente, en la prensa de numerosos casos de robos de bebés desde la guerra civil hasta los años 80, despertó la sospecha en mis padres. Al oír historias idénticas a la suya en los medios de comunicación, mi padre se lanzó a investigar, asesorado por la asociación ANADIR, centrada en temas de robos de bebés y adopciones ilegales... Y recibió por vía oficial la confirmación de que no había rastro de tal bebé muerto: por lo tanto, ese niño había sido robado.
Mi hermano mellizo está vivo y está "ahí fuera"
Queremos encontrarle, dondequiera que esté. Queremos que tenga la oportunidad de conocer a su verdaderos padres, a sus hermanos, a su familia, y que sepa que nunca fue abandonado.
No tenemos intención de hacer ningún tipo de reproche hacia sus padres adoptivos, porque seguramente ellos también fueron engañados. Sólo queremos que ellos se pongan en nuestro lugar, que entiendan el dolor, el vacío y la incertidumbre que esta situación está causando.